2017-08-20
La inteligencia artificial ha comenzado toda una nueva revolución, puesto que con sus adelantos ha trazado una de las discusiones más importantes de la historia. Para muchos el uso de estas máquinas puede ayudar en el mejoramiento de la vida humana, sin embargo para otros resulta ser el desplazamiento de la mano de obra de una persona, por el de una máquina, lo que podría afectar en gran parte la economía entre otros modos de vida.
La realidad es que sin duda alguna tendremos en algún momento qué adaptarnos a ese estilo de vida y al futuro que se nos está desarrollando. Ante estas marcadas tendencias de estar de acuerdo o en desacuerdo han surgido nuevas propuestas de control, una de ellas fue desarrollada por Bill Gates, quien considera que los robots empezarán a pagar impuestos de la misma forma que lo hacen los humanos. Esto ayudaría a mitigar un poco el uso masivo de ellos y de esta forma mantener un control sobre su ejecución.
Los robots empezarán a pagar impuestos como una forma de control del trabajo.
Hemos podido notar como ha aumentado la automatización de las empresas y con ellas, especialmente los puestos de trabajo. Sin embargo, esto no es un cambio de un solo día, se ha venido produciendo desde hace años y comenzó como una estrategia para ser mucho más competitivos frente a otros.
Con el paso del tiempo se fueron diseñando más y mejores máquinas, mucho más inteligentes y capaces, lo que llevó a que sin lugar a dudas se diera paso al desarrollo de los robots y con ello usarlos como reemplazo de la mano de obra humana.
Debido a esto, muchos gobiernos han pensado en la forma de frenar esta automatización, una de esas ideas es apostar en que los robots, empezaran a pagar impuestos, otras por ejemplo han considerado reducir los incentivos fiscales a las empresas con el fin de que inviertan menos en la automatización y con ello se puedan proteger los puestos de trabajo de múltiples personas.
El impuesto a los robots y a una apuesta de renta universal.
Pensar en poner en funcionamiento una idea de que los robots empezarán a pagar impuestos, es dar una posible solución a una creciente amenaza que se puede vislumbrar a futuro.
Ser reemplazado por una máquina no es el ideal que tenemos en mente, es por ello que hacer que las empresas paguen por el uso de máquinas, tendría dos consecuencias que ya se han analizado:
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Una de ellas es que puede aumentar el costo de la producción y con ello, un aumento muy alto en el costo final que un consumidor promedio pagaría.
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En segundo lugar tendríamos que las empresas pensarían más en comprar máquinas o robots para sustituir tareas que realizan personas y con ello evitar despidos múltiples, o escasa contratación.
El pago de impuestos por parte de los robots, o mejor aún, por parte de los propietarios de estos, podría equilibrar un poco la balanza a favor de los humanos.